Samaín, la fiesta en honor a los Difuntos

Samaín

Llegamos a la oscuridad. El Señor de la Vida y de la muerte llega a las islas del eterno verano y se introduce en el caldero de la Diosa Anciana. En él se renueva, enfrenta y da luto a sus muertes y comulga con los ancestros.  Ella, la vieja Bruja Sabia, remueve el caldero, le enfrenta con su sombra y recoge sus experiencias para regenerarse. Así nosotros también le entregamos a Ella nuestra experiencia anual, lo que ya queremos desprender de nosotros,  y lo quemamos en nuestros calderos. Y contemplamos con misterioso gozo como las brumas de los velos son abiertos. Con luces en el interior de faroles de calabaza o de nabos (como hacían nuestros antepasados Iberoceltas) guiamos a los DIFUNTOS de regreso al hogar, y compartimos con ellos la cena, en la que degustan sus platos favoritos. Les honramos y escuchamos en el susurro del viento los mensajes, consejos y secretos que nos quieran transmitir. 

En esta noche de magia y misterio, con la Luna llena brillando en el cielo, nos entregamos con valor a la disolución y admitimos el luto por aquello que se marcha para siempre de nuestra vida. 

Para renacer hay que morir. Y recordar quienes somos, quienes fuimos y de dónde venimos.

¡Feliz Samaín a Todos!

¡ Feliz reencuentro con nuestros queridos antepasados! 

Y feliz noche de Las Brujas que dará paso a un ciclo nuevo.